¿Cómo podría ser el muro de Trump?

Tras el triunfo y la futura toma de posesión del representante del partido republicano, Donald Trump, especialistas en construcción se plantean cuáles son las posibilidades para que este muro tenga cabida en la frontera de México con Estados Unidos, además de los que actualmente están localizadas en San Diego, Arizona, El Paso, etcétera; pues se desconoce si más allá de utilizar alambre de puas y otro tipo de cercos de seguridad, se utilizarán otros materiales como el acero o el concreto.

Por ahora existen muros que en el pasado han intentado disminuir la entrada de inmigrantes indocumentados, como se cita anteriormente, situados entre distintos estados. Sin embargo, todos son diferentes entre sí, no hay unificación sobre la manera en la que se resguardan, ni la manera en la que están construidos, aunque en su mayoría, sí están protegidos con concertina de acero y otros alambrados de seguridad.
Materiales que podrían utilizarse para la construcción del muro:
  • Placas de metal.
  • Barras de acero.
  • Sensores de alta tecnología.
  • Alambres de púas.
  • Cámaras de seguridad.
  • Drones.
  • Concertina (electrificada).
  • Mallas de alambre reforzados.
  • Concreto.
El proyecto del futuro presidente pareciera omitir que los terrenos en los que se habría de construir el muro contemplan zonas montañosas, desérticas o divididas por un río, lo cual hace de los terrenos zonas inhóspitas y no adecuadas para darle constante mantenimiento al muro, pues además de todo, se habla de implementar seguridad máxima y alta  tecnología, aspectos que no figuran tener algún sentido en la implementación real.
Cualidades que podría tener el muro:
  • Altura máxima entre 5 y 10 m.
  • Reforzamiento en el material a utilizar.
  • Material puntiagudo de alta seguridad, probablemente electrificado.
  • Personal de seguridad y especialistas.
  • Equipo canino especialista.
  • Construcciones que impidan el libre acceso.
Como puede observarse, el proyecto no previsto y no planificado, aparenta la inversión de una suma de dinero bastante significativa, pero no sólo es la inversión en sí, sino también el mantenimiento que se le debe de dar con los años en caso de que se lleve acabo.
¿Quién pagará por eso? Trump dice que será México, pero no creemos que eso llegue a pasar. En fin, tendrá que verse cuál es la disposición que las autoridades de ambos países tendrán sobre esta idea y cómo es que será la percepción social, porque esto significaría establecer una distancia definitiva entre ambas naciones.
Habrá que esperar si en los primeros meses del próximo año, el gobierno de Estados Unidos dicta algo sobre lo que figura como una de las promesas de campaña más importantes del republicano. O si en su defecto, el gobierno mexicano toma partido y se declara en contra de la nación que aún figura como la mayor potencia económica.

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