Corredores de bienes raíces.

Un corredor de bienes raices es un intermediario que facilita la transacción de un inmueble logrando el mayor beneficio para el vendedor y la máxima satisfacción del comprador. El corredor debe acompañar al cliente durante el proceso, buscando las mejores alternativas según la capacidad de compra del mismo buscando, de ser necesario, las alternativas de crédito más convenientes.

Más allá de conocer el panorama inmobiliario y las fluctuaciones del mercado, un corredor debe inspirar confianza. La decisión de comprar un bien inmueble, ya sea la casa soñada o una inversión, depende en gran medida del asesoramiento y la idoneidad del corredor.

Un buen profesional es aquel que destaca las virtudes de una propiedad al mismo tiempo que alerta de los potenciales riesgos que pueda presentar una inversión. Es importante que brinde un abanico de oportunidades a su cliente. El corredor profesional sabe que una propiedad va mucho más allá de los límites del bien, y que su valor depende de factores tales como la accesibilidad a servicios, la proximidad con centros de estudio, los medios de transporte con los que cuenta y el futuro de la zona en la que se encuentra.

Otro factor importante es entender que el tiempo del cliente es un recurso escaso. El corredor de bienes raíces debe tener claro cuáles son las necesidades y expectativas de su cliente e intentar satisfacerlas sin anteponer su ánimo de lucro. La ganancia del corredor, en el mejor de los casos, es un resultado natural de una negociación que ha sido exitosa para todas las partes involucradas.

A los corredores de bienes raíces también se los denomina agentes de bienes raíces o inmobiliarios. Los vendedores profesionales, sobre todo en los países donde se puede obtener una licencia de corredor, la profesión de corredor se ejerce tanto de forma independiente, como vinculado a una empresa inmobiliaria.

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