Bienes Raices

Existen diversas maneras de adquirir una propiedad, ya se trate de una casa, departamente u oficina, o bien un terreno. El valor de compra se puede cubrir con una combinación de recursos propios y el financiamiento de una institución de crédito, o bien de manera total a través de un préstamo. También es posible contar con algún tipo de subsidio estatal, que se utiliza para fomentar el desarrollo de los sectores de la construcción e inmobiliario.

El pago de contado, aunque raramente se emplea en las operaciones cotidianas, es cuando se liquida el total del valor del inmueble con recursos propios y en una sola exhibición. Por otra parte, si únicamente se cubre el enganche, es decir, una cantidad para asegurar que el bien inmueble nos será adjudicado y podremos hacer uso de él de manera inmediata, el resto puede ser cubierto con un préstamo hipotecario.

Las fuentes de financiamiento más utilizada son los créditos hipotecario. Se trata de una garantía en la cual la garantía del pago reside sobre el bien mismo, es decir, que la propiedad adquirida pasará a manos de quien otorgó el crédito en caso de que los deudores incurran en incumplimiento de pago.

Menos comunes son los subsidios habitacionales que otorga el estado a los sectores de menores ingresos para incentivar la adquisición de bienes raices, con el propósito también de poner en marcha varios sectores de la economía, como la construcción y los bienes raíces. También se utilizan para fomentar el desarrollo de algunas áreas urbanas.

Otro método para financiar la compra de una propiedad es el conocido como “leasing” habitacional, el cual consiste en un contrato de arrendamiento a un determinado tiempo, tras el que se abre la posibilidad de continuar arrendando, o bien adquirir el inmueble mediante el pago de una cuota de opción de compra. En este último caso, adquiere la propiedad.

A través de las letras hipotecarias, los bancos utilizan deuda a largo plazo para financiar la adquisición de viviendas, fungiendo como intermediario entre el solicitante y los inversionistas, como compañías de seguros, fondos mutuos, etc.). El banco asume una deuda ante los tenedores de la letra, pero el contratante del crédito adquiere un compromiso con el banco, el cual le financia hasta el 75% del valor de la propiedad.

Como puede verse, existen alternativas entre las cuales se puede elegir la que se adapte mejor a las necesidades específicas de las personas, debido a las instituciones cambian las condiciones de sus acuerdos particulares.