El problema de la construcción desmedida en el DF

Contrariamente a lo que puede pensarse cuando uno circula por las calles de la ciudad de México y ve tantos bonitos edificios de acero y cristal elevarse por encima de nuestras cabezas varios pisos más allá de lo que permiten las leyes vigentes, no se trata de la llegada de la modernidad ni del tránsito a convertirnos en una ciudad como Dubai o Singapur, donde el desarrollo y la actividad económica se reflejan, si bien de modo algo siniestro, en la altura y el gran lujo de sus más recientes construcciones.

Se trata, en realidad, de una circunstancia grave en la que están involucrados intereses económicos y políticos, aderezados sin duda alguna por el fantasma perenne de la corrupción. Como en cualquier otra situación cuyos orígenes, motivaciones y componentes no están del todo claros, para saber de dónde viene la iniciativa hay que fijarse quiénes salen beneficiados.

Por el lado de los edificios, quienes más ganan son las empresas constructoras de la mano con las agencias de bienes raices. Consideremos un poco y veremos si no es una gran ganancia comprar un edificio o casa viejos para tirarlos y convertirlos en terrenos en venta, los cuales serán adquiridos por algún amigo o pariente, el cual construirá ratoneras de gran lujo en las cuales puedan residir ochenta, cien o ciento cincuenta ratones en los mismos metros cuadrados en los que antes residía entre una y diez familias.

Lo cierto es que la explosión de este tipo de edificios en viejas zonas residenciales, sobre todo en las delegaciones Coyoacán, Benito Juárez y Miguel Hidalgo (ojo, las tres con los mayores ingresos en el DF), bien podría provocar, en el corto o largo plazo, un desabasto de agua y electricidad pues todas las instalaciones para ambos servicios no tienen la capacidad de satisfacer las demandas cada vez mayores de un número creciente de familias. Y es que el crecimiento es geométrico pero muy elevado, mientras que la capacidad y calidad de los servicios están en franco declive.

Del otro lado están las personas que otorgan los permisos. De manera directa o indirecta, se trata de los delegados y de la Secretaría de Desarrollo Urbano y vivienda del Distrito Federal, quienes otorgan los permisos. ¿Será que alguien les estará dando una aceitada para que se hagan de la vista gorda con el alud de quejas de los vecinos que se apilan en sus escritorios? Cabe destacar que dichas quejas provienen, en buena medida, de personas cuyas casas y edificios están siendo dañados por las obras de construcción de los nuevos inmuebles.

One Response to “El problema de la construcción desmedida en el DF”

  1. grava para construccion Says:

    Buen día,
    yo opino que la construcción favorece principalmente a las grandes empresas como lo mencionan en su post pero si no hubiera tanta demanda por viviendas por parte de la gente no habría tantas construcciones, creo que el verdadero problema es el crecimiento poblacional en el DF que cada vez aumenta por la cantidad de gente que busca una oportunidad laboral aquí.

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